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EPEM

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Naturaleza

El EPEM es un organismo de la comunidad parroquial que, bajo la guía del párroco, promueve la vida de comunidad y su servicio al Reino de Dios, mediante el discernimiento y animación del conjunto de la tarea evangelizadora en sus distintas etapas y contextos, y por el desarrollo de la participación armónica de todos los miembros, desde sus distintos carismas y servicios. Es un organismo de carácter colegial, consultivo, estable, participativo y que actúa en comunión con los objetivos y organismos de la vida arquidiocesana (cf. CIC 536). Los EPEM son, por tanto, organismos de la vida parroquial que nacen en el espíritu de renovación, señalado por el Plan Arquidiocesano de Evangelización, para que sean en la vida de nuestra Iglesia Particular de Bogotá verdaderos instrumentos al servicio de la comunión y la participación de todos los discípulos misioneros y contribuyan al desarrollo orgánico, integral, inculturado y con espíritu misionero, de la vocación fundamental de la parroquia: la evangelización.

Elección y nombramiento de los miembros

El párroco, los vicarios parroquiales y diáconos adscritos son miembros de oficio del EPEM. Además de ellos, el equipo está 14 15 Arquidiócesis de Bogotá Arquidiócesis de Bogotá conformado por un número mínimo de 8 (ocho) personas y máximo de 12 (doce) elegidos por el párroco y presentadas al vicario episcopal territorial correspondiente para su nombramiento. Son nombrados por un período de tres años, renovable por una sola vez. Cuando hay un cambio de párroco no cesa en sus funciones, pero si se presentan razones graves podrá ser disuelto por el vicario territorial. Los miembros del equipo cesan en sus funciones cuando se termina el período para el cual fueron elegidos, por repetidas ausencias a las sesiones u otra causa justa según el parecer del mismo EPEM o por petición propia dirigida al vicario con el parecer del párroco.

Perfil de los miembros

En la selección de los miembros se tendrán en cuenta algunas características, que pueden ya existir en la persona o que hay expectativas reales de cultivar:

• Fieles laicos que se destaquen por su madurez personal, su buen juicio, su prudencia y su actitud de servicio.

• Fieles laicos que sean personas reflexivas, proactivas, con buenas relaciones interpersonales y con gran capacidad ejecutiva y de liderazgo.

• Fieles laicos que demuestren un buen grado de madurez en la fe y se esfuerzan por vivir bien su compromiso cristiano.

• Fieles laicos que tengan amor y sentido de pertenencia a la Iglesia.

• Fieles laicos que conozcan, se integren, participen activamente en la comunidad parroquial y generen un espíritu de unidad y conciliación en las diferencias.

• Fieles laicos que tengan deseos de seguirse formando en la fe.

• Fieles laicos que tengan deseos de ayudar al párroco y a toda la comunidad en el discernimiento y programación de la actividad evangelizadora.

• Fieles consagrados o consagradas que participan de manera estable en la vida de la comunidad parroquial. 

Funciones

• Conocer y analizar, desde la fe y bajo la luz de la Palabra de Dios, la realidad en medio de la cual vive la comunidad parroquial y discernir en ella los signos de la presencia y de los planes de Dios, para saber comprender cómo Dios está obrando en esa realidad y ponerse a su servicio.

• Discernir y diseñar, con la mayor aportación posible de los miembros de la comunidad, la manera de llevar a cabo el Plan E en el contexto de la comunidad parroquial por medio de la respectiva programación parroquial.

• Establecer procesos de evaluación permanente y anual del desarrollo y cumplimiento del Plan E, como se ha concretado en la programación parroquial anual.

• Estudiar los asuntos que sean consultados por el pá- rroco o la Vicaría de Evangelización y dar su opinión al respecto.

• Orientar, apoyar, animar y acompañar toda la programación de la vida parroquial, garantizando su articulación, el sentido de corresponsabilidad, de convergencia y complementariedad e integración de todos los miembros de la comunidad.

• Velar por la integración de la comunidad parroquial con la vida arciprestal, vicarial y arquidiocesana en general. • Favorecer la continuidad del trabajo comunitario y evangelizador de la parroquia en las situaciones de transición de los párrocos.

• Velar para que se desarrolle la acción evangelizadora de manera integral, es decir, en todas las etapas del proceso evangelizador (acción misionera, acción de iniciación y la acción pastoral) y desde todas las funciones eclesiales (servicio profético, litúrgico, caritativo y de comunión).

Funcionamiento

Presidencia

La presidencia del EPEM corresponde, por derecho propio, al párroco, a quien atañe:

• Convocar las reuniones ordinarias o extraordinarias con la debida antelación.

• Definir los asuntos para tratar y el orden de la reunión.

• Enviar con antelación la agenda al secretario, para que los miembros puedan prepararse leyendo y reflexionando sobre los materiales de apoyo.

• Informar al EPEM sobre los asuntos pertinentes de la Arquidiócesis, la vicaría territorial, el arciprestazgo y la parroquia.

• Velar por la formación del EPEM que contribuya al ejercicio adecuado de sus funciones

• Motivar y promover todos los programas y proyectos establecidos en el plan arquidiocesano de evangelización.

• Firmar, junto con el secretario, las actas de las reuniones.

Secretaría

Los miembros del EPEM eligen, entre ellos, a alguien que preste el servicio de secretaría. A la persona elegida le corresponde:

• Recibir sugerencias y temas para tratar en el equipo y presentarlos al párroco.

• Confirmar la asistencia a la convocatoria realizada por el párroco para la reunión del EPEM.

• Enviar, con la debida antelación, el orden del día de la reunión.

• Llevar un libro de actas donde consten los asuntos tratados en cada sesión y archivar en el despacho parroquial toda la documentación referente al EPEM.

• Canalizar la debida información y comunicaciones a los demás miembros del equipo.

Reuniones

Las reuniones del EPEM se realizarán de la siguiente manera:

• El equipo se reunirá de manera ordinaria dos veces al mes: en la primera y la tercera semana de cada mes. Para llevar a cabo las reuniones será necesaria la presencia del párroco y de la mayoría de los miembros. 

• En toda reunión del EPEM habrá un momento conveniente para una lectura orante de la Palabra.

• Los miembros guardarán una prudente discreción sobre lo tratado en las reuniones, para que la información llegue solo por los canales formales del EPEM.

• En cada reunión solo se tratarán los temas contenidos en el orden del día. Cuando llegue el momento de «varios» podrán plantearse y tratarse ocasionalmente otros temas, con la aprobación de los miembros del equipo.

• El secretario redactará el acta de cada reunión, donde consta principalmente los acuerdos y decisiones tomadas. Al comienzo de cada reunión, se leerá el borrador del acta correspondiente a la reunión anterior, sometiéndola a la aprobación de los miembros.

• Anualmente realizarán un retiro espiritual.